Este fin de semana pasado ha sido la presentación de dos grandes logros del diseño aplicados al mundo del motor.
No se trata de una garrafa cualquiera, no, con su tubo flexible y con ese taponcito negro al final, tan coqueto, tan sutil, impidiendo que las impurezas del ambiente alcancen el contenido etéreo del interior del recipiente; la tapa, grande, sólida, firme, lista para engullir el líquido elemento, y tan negra como el taponcito, son como el yin yan del pit lane, el antes y el después, la entrada y la salida. El detalle más importante, que da solidez al conjunto, es la rosca negra, a juego, fusionando el antes y el después en un eterno ahora, instante único que ya no se ha de repetir, como el aplauso del podio o el ondear de la bandera de cuadros, cuadros negros y blancos a los que los colores de la garrafa rinden un sentido homenaje. Hay que apreciar el cuidado estilismo de la presentación, con la botella de aceite y el dosificador invertido junto al trapo para recoger los excesos de aceite: toda la simbología del mundo de las carreras puesta, con un estilo impecable, al servicio de la imagen.
los beneficios de la garrafa
La
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No pudo venir Lecha, porque otros compromisos le mantuvieron alejado en esta inolvidable ocasión y también echamos de menos a Jorge Marcobal.
Preparada la garrafa y listo el Lotus, este fin de semana se pone el broche final al aragonés. Suerte a tod@s.
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