domingo, 24 de mayo de 2009
Un entrenamiento cualquiera
Ya es domingo por la noche y estamos hechos polvo en casa, pero, como siempre, ha merecido la pena.
Este fin de semana tocaba entrenamiento para las Series XXI, con Toni y Rafael (un KF3) que ha dejado huella en mí: una en cada pantorrilla de los quemazos de la rueda de la bici (si, ya sé que para tomar una curva a más de ochenta con estos kart hay que estar un poco tocado, así que no os extrañéis que hagamos estas cosas, aunque después duelan).
Hemos rodado un montón, luchando con nosotros mismos contra el crono, porque no había ni un kart más en la pista: es una pena, pero bueno.
Ah, lo más grande ha sido la carrera de campeones (¡a muerte!, con los cuchillos entre los dientes.
Con el nº 1: Toni; al volante del nº 2 Rafael; pilotando el nº 6 mi padre y con el 15, pues yo; el resto son los teloneros de las estrellas (y a ver quien dice que no soy humilde) y Félix, que lo intentó por todos los lados y al final sólo vio la trasera de nuestros karts.
Rugen los motores, Adrián da la salida y ya en las primera curvas y en el mismo metro cuadrado Toni, Rafael y yo luchamos por la posición de la trazada.
Ni que decir tiene que la ganamos Rafael y yo, mientras se quedaban detrás mi padre y Toni en su lucha particular.
El circuito de una mezcla entre kart y coches de choque, porque la pista es superrevirada y no da para mucho más: es un estilo diferente a la de Zuera, más profesional. Esta es diversión en estado puro.
Nos batimos sin piedad por la posición, pero la verdad es que a quien más nos gustó pasar fue a Félix y Toni, porque ellos eran los referentes.
Al final todos nos quedamos contentos.
El sábado por la mañana estuvieron Alberto y Jorge: rodamos juntos varias mangas, pero estaba la pista llena de polvo y no pudimo aprevechar mucho. El domingo por la mañana vinieron un rato Rodri con Claudia y su padre, pero no sacaron su kart.
Por la tarde fueron los Bisel's los que se acercaron, y ya nos quedamos hasta las mil y monas.
Y así se acabó el fin de semana de entrenamientos: vuelta a casa, hacer los deberes, ducha (para quitarme la capa de grasa), cena rápida y a dormir, quizás para soñar con la carrera del próximo fin de semana, la primera en la que espero compartir parrilla (la de salida) con grandes equipos.
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Sigue así: aunque eres el mejor, sólo trabajando duro podrás llegar donde quieres. Que el Señor de los Podios te ilumine.
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