martes, 20 de octubre de 2009

Rectificación: primer piloto Ferrari

El Nano es un maremoto; no hace más que entrar en Ferrari y se desempolvan las viejas enciclopedias para buscar curiosidades; pero al abrir sus páginas, entonces los recuerdos olvidados se escapan y revolotean como mariposas indecisas, sin saber si posarse ya o alargar un poco más el vuelo.
Hace unos días era Alfonso de Portago (Fon) el primer piloto de Ferrari, pero ahora de la bruma otoñal surge Julio González-Pola.
Que ¿quien era?, pues parece que otro tipo peculiar, hijo de un escultor asturiano y nieto de militar, otro grillado de la velocidad.
Pues bien, Julio González-Pola en 1948 logró alquilar el asiento de uno de los tres Ferrari 125 inscritos por el equipo en la Penya Rhin de 1948, celebrada en el circuito barcelonés de Pedralbes, que tenía poco más de cuatro kilómetros y atravesaba la Avenida del Generalísmo. Llegó de carambola; según dijo en una entrevista de aquél entonces, "Iba a participar con un Gordini, pero el coche no estaba dentro de la cilindrada exigida y Maseratti me ofreció un coche, pero no iba bien, se gripó y tuve que desistir, así que el representante de Ferrari en España, el señor Tarabussi, me ofreció el coche el día antes de la carrera. No pude ni entrenar". A pesar de ello, fue el español que dio la vuelta más rápida al trazado, con 1:51 a una media de 151 km/h, mejor que el gran piloto español del momento, Paco Godia.
Antonio Creus lo describe como uno de los mejores pilotos que jamás había visto: su fiabilidad al volante, su agresividad y tesón lo convirtieron en un piloto muy querido y admirado por sus compañeros de profesión.
Entra la bruma de la leyenda porque la pasión por la velocidad hizo que atropellara a un ciclista en el Arco de la Victoria; en aquéllos tiempos esas cosas se tomaban más en seriuo y fue a la cárcel, de la que parece ser salió porque en aquéllos tiempos no todas las cosas se tomaban igual en serio e intercedieron personalidades en su favor.
Se marchó a Venezuela, se quitó el González y como Julio Pola siguió corriendo en coche, donde consiguió uno de sus éxitos más reseñables, haciendo un segundo lugar en la Palmarejo-Caracas de 1959 (IV Gran Premio de Venezuela).
Él fue el primer español (hasta que alguien desempolve hojas más atrasadas de la historia del automovilismo) en pilotar un Ferrari en una carrera oficial.
Traerlo al presente es el mejor homensaje que podemos hacerle, a él y a todas las personas a las que la sangre les huele a gasolina.

2 comentarios:

  1. Gracias por dejar el comentario en la http://legiondemarianagarote.blogspot.com

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  2. Gracias por visitar:
    http://legiondemarianagarote.blogspot.com

    Fraterno; Fernando.

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