En McLaren, Lewis y Jenson cambian sus papeles.

Los dos pilotos de McLaren han comparecido a las ruedas de prensa oficiales de este fin de semana acompañados por los de Red Bull, pero sus papeles se cambiaron con el desarrollo del GP de Bélgica.

Acabada la clasificación del GP de Bélgica de F1, un satisfecho Hamilton amenazaba una vez más la hegemonía de Red Bull, ocupando el segundo puesto de la parrilla, con Vettel por delante y Webber detrás; en otra esquina del garaje, en preocupado Button debía conformarse con la decimotercera posición, el mismo número de segundos que finalmentye Vettel ha sacado a Alonso (13).

Terminada la carrera, las caras reflejaban las mismas emociones, sólo que habían cambiado de personaje; el podio de Button, protagonizando una buena remontada y con un stint final imparable, contrastaba con la decepción de Hamilton, sabedor que ha perdido una buena opción para seguir en la lucha por el subcampeonato en una carrera en la que había arrancado con mucha fuerza y muchas opciones para cosechar un buen puñado de puntos.

Los papeles tópicos de los pilotos de Woking se repiten una vez más, y mientras Button sacaba provecho de la adversidad que le permitió poner neumáticos duros para la salida, Hamilton echaba a perder sus opciones por otro exceso de impulsividad al negociar los adelantamientos en la frenada de curva (aunque en esta ocasión el rebasado era él): esta vez Lewis nos ha tenido con el corazón encogido hasta que ha empezado a mover los dedos; y un bonito gesto de Button preocupándose por el estado de su compañero de equipo.

Pero si en el GP de Bélgica tuviera que votar por Míster Decepcionado, sin ninguna duda mi voto se lo llevaría un Jaime Alguersuari que ha visto como Senna le arrancaba, junto al trapecio de la rueda delantera, el sueño de completar su mejor fin de semana en la F1; en la otra cara de la moneda, esta vez la efigie de un satisfecho Schumacher deja muestra de una histórica remontada para celebrar sus 20 años en la F1.

Aparte del primer punto de Maldonado, poco más ha dejado un GP en que el efecto del DRS ha permitido predecir, como en los anteriores, en qué vuelta sería irremisiblemente adelantado cada piloto.
Nos vemos en Monza.