lunes, 6 de septiembre de 2010

Aplausos perdidos

Ya venía tocado desde la semana pasada, cuando otro lamentable accidente en una pista (esa vez Indianápolis) le costaba la vida a Peter Lenz, al ser también golpeado por otro piloto de tan sólo 12 años mientras aún estaban en el warm-up; Peter tenía 13 años y su padre dejó dos mensajes en su página de Facebbok: "Peter Lenz ha fallecido hoy después las lesiones sufridas en un fatal accidente durante la vuelta de calentamiento en Indy. Deja a sus padres y a sus dos hermanas. Le echaremos de menos" y "Peter falleció esta mañana cuando al parecer fue golpeado por otro piloto. Pasó mientras hacía lo que más amaba y que hacía que su cara se iluminara cuando iba rápido en la pista. El mundo pierde hoy una de sus luces más brillantes. Dios salve a Peter y al otro piloto involucrado. El número 45 (el que usaba Peter) está en otro camino que sólo él puede aspirar a lograr. Te echo de menos hijo. – Papá".
Precisamente hoy se había guardado un minuto de silencio por él en Misano, silencio que se ha roto y nos ha sobrecogido otra vez, con la imagen brutal de la muerte de Shoya Tomizawa, arrastrado inerte por la pista a consecuencia de otro golpe inclemente.
Ya está abierto el debate sobre la edad a la que se deben iniciar los críos en este deporte y recientemente, precisamente a raíz del accidente de Peter, Rossi ha aclarado que la comisión de seguridad ha subido de 15 a 16 años la edad a la que puede correr en 125.
La Fórmula Uno tampoco es ajena a esta cuestión, pues hace muy pocos días se ha anunciado la precocidad del malasio Nabil Jeffri que con sólo 16 años es el piloto más joven el probar un F1, un Lotus T127, en unos test en rectilíneo del pasado 3 de septiembre en el Aeródromo Duxford del Reino Unido.
Pero no es mi intención abrir más debates, ni juzgar el papel de los padres y madres en la actividad de sus hijos e hijas, sino hacer un tributo de respeto a todas aquéllas personas que son capaces de poner su vida en riesgo por alcanzar un sueño.
Peter y Shoya son sólo los pilotos más recientes de una larga lista a la que hoy he llorado: el número 45 de Peter y el 48 de Shoya seguirán rodando en nuestro recuerdo, buscando esos triunfos que un inconsentido destino precoz les ha arrancado. En cada podio, cada vez que una bandera a cuadros caiga en un circuito, parte de los aplausos perdidos, esos que nunca se sabe donde van, esta vez serán para ellos.

12 comentarios:

  1. Buenas.
    En el silencio del amanecer me uno a tus lagrimas.

    Besos
    Rosa

    ResponderEliminar
  2. Descansen en paz, en cuanto a Soya, al que he visto más era una sonrisa y buen piloto, ayer hemos perdido algo todos, saludos

    ResponderEliminar
  3. La juventud de las víctimas le dará a sus familias un dolor difícilmente imaginable.
    Pero aparte de la precocidad o no en las categorías "altas", los deportes de motor tienen riesgos en todas las categorías.
    Hay que hacer lo que se ama y si eso implica correr un riesgo (siempre medido), hay que ser consciente.
    Descanses en paz.
    Un abrazo Jon

    ResponderEliminar
  4. @Luna: gracias por tu madrugador consuelo (¿Dani con fiebre?);
    @Silvo: parece que Tomizawa era una persona alegre y Peter había logrado recuperarse de una lesión anterior...
    @Il Venturetto: estoy de acuerdo contigo; así admiramos a esta gente capaz de hacer esas proezas.

    ResponderEliminar
  5. Estoy con Ventura. Si fuese piloto me gustaría morir en la pista y no en la cama como Nuvolari.

    ResponderEliminar
  6. No me lo puedo creer que un niño de 13 años haya podido morir realizando la mayor de sus pasiones… también menuda coincidencia…dos pilotos fallecidos por la misma desgracia... es una lástima.

    ResponderEliminar
  7. Estas horribles pérdidas nos hacen darnos cuenta del peligro que corren los pilotos tanto de motos como de F1 y lo frágil que es el ser humano.
    Descansen en paz los dos pilotos. El mundo del motor está de luto.

    Saludos

    ResponderEliminar
  8. @J. Arce: "vive rápido, muere joven y que tu cadáver tenga buen aspecto": ese fue el lema de parte de una generación: vivir debe merecer la pena;
    @Pablo: a veces las casualidades son así: el mismo día 4 murieron dos adolescentes cuando sus ciclomotores chocaron de frente en un camino asfaltado de Montellano (Sevilla), pero nada es tan dramático como ver la muerte en directo;
    @Sonia: estoy de acuerdo contigo y creo que nos deberíamos acordar de estas cosas cuando les exigimos, desde la seguridad del sillón, que asuman más riesgos ("mete el morro", "cierra la puerta"...) o incluso cuando deseamos que nuestro piloto odiado (en nuestro caso generalmente Hamilton) sufra un accidente;
    @Jaume 101: la verdad es que me está costando superarlo, porque me vienen muchos recuerdos y mis propios temores a la mente... gracias por estar ahí.

    ResponderEliminar
  9. Estimado Jon,
    Muy triste la perdida de cualquier persona, más cuando estaba al comienzo de su andadura por este planeta. En estas situaciones, mis recuerdos siempre están para con esos padres, totalmente desconsolados por la pérdida de un hijo.

    ResponderEliminar
  10. Me he estremecido al leer "pasó mientras hacía lo que más amaba".

    Un saludo, Jon.

    ResponderEliminar
  11. @Primo de Anónimo: debe ser horrible ver una y otra vez las imágenes de tu hijo muriendo: creo que ya es suficiente las veces que las han puesto;
    @cavallino: son las palabras de su padre; a mí me ha sobrecogido ver su facebook, porque la entrada anterior al accidente hablaban de los reglajes y las fotografías en el circuito...

    ResponderEliminar

Muchas gracias por compartir tu opinión: tu punto de vista nos interesa.