Mal día para Button: le asaltan camino del hotel

Hoy no sabía si escribir sobre la alegría porque un piloto novato como Nico Hulkenberg y una escudería legendaria como Williams, hayan conseguido tener un día redondo y firmar una pole

que se han merecido sobradamente: ¡más de un segundo sobre los RedBull!; por cierto, mi opinión es que pudieron tomar una decisión arriesgada y llevar reglajes de seco apostando a que finalmente pondrían los blandos, porque en la Q1 y la Q2, que fueron en mojado, sus resultados (11º y 8º, respectivamente) no fueron tan espectaculares como en la Q3, en seco.

También dudé si escribir sobre esa especie de decepción en que parece que han caído los aficionados por la quinta posición de Fernando, que es el único que mantiene una sonrisa pícara mientras se hace sus cuentas; bueno, a lo mejor las hace como yo: si el resultado de la calificación fuera el de las dos carreras que quedan, ¿quien ganaría el campeonato?: ¡Fernando! con 251 puntos, Webber segundo con 250, Vettel el tercero 242 y Hamilton cuarto 234 (Button no progresaría de sus 189 puntos). O sea, que si queda por delante de Webber, fantástico, pero si no, todavía habría muchos puntos por administrar.

En otros momentos pensé en escribir algo sobre la soledad de Webber en el box de Red Bull, sentado con los pies colgando, ... o sobre los problemas de Ferrari para calentar los neumáticos que han retrasado tanto a Felipe y casi les deja fuera de la Q3, ... o sobre Jaime, que ha alcanzado su mayor deseo: acabar por delante de Buemi, y además en una posición intermedia, ... o de Schumacher que ha perdido la que podría haber sido su última oportunidad de haber hecho algo verdaderamente grande hoy...

Pero la noticia que al final me ha llamado la atención viene de fuera del circuito, concretamente del recorrido entre el circuito y el hotel donde se aloja el equipo Mc Laren, en el que ha sido asaltado, por individuos armados, el coche donde iban Jenson Button, su padre John Button, su entrenador Mike Collier y su manager, Richard Goddard.

Las medidas de seguridad, con cristales blindados y seguridad privada, han impedido que sufrieran ningún daño, pudiendo eludir el ataque y llegar sanos al hotel.
Mal cierre del día para Button, que no sólo ha visto esfumarse todas sus posibilidades por el título, sino además su seguridad, y la de su gente, comprometida, lo que podría afectar a su estado de concentración.
Para Hamilton, que es más supersticioso que yo, este último y extraño episodio podría suponer la esperanza porque se hubiera agotado su mala suerte y que mañana le esperara un buen día: ojalá lo tenga, si no en lo deportivo, en el plano personal de su vida. Es un buen tipo y se lo merece.