El blog del hombre refranero, en su versión más pastoril, lo explica diciendo que cuando los de un gremio se reúnen para adoptar soluciones, especialmente cuando son los poderosos, esas soluciones no irán en su perjuicio, sino en el de los demás.La FIA se ha reunido y, una vez más, ha adoptado las soluciones mágicas para salvar el espectáculo de la F1: ¿salvar el espectáculo?; perdón, quería decir salvar el negocio.
A estas alturas de la historia, después de las imposiciones de Pirelli, el DRS, la limitación del mapa motor, la de los escapes soplados, etc., tenemos claro que todas estas modificaciones sobre la marcha irán en perjuicio de "los demás".
Ahora sólo nos queda definir quienes están incluidos en ese "los demás". Los más literales creen que es una forma de parar a Red Bull, pero, seamos sensatos: a estas alturas del campeonato no hay forma de evitar la victoria de Vettel, salvo que se le quite la superlicencia, porque sólo a base de segundos puestos mantendría la ventaja de 7 puntos de media por cada GP que queda, si es que Button ganara las once carreras que restan por correr; frente a Alonso casi le bastaría con hacer sólo terceros puestos.
El perjuicio es para el deporte, cada vez más light, rendido ante las exigencias de las audiencias, porque "los demás" somos gente como tu y yo, los que nos sentamos en una tribuna de un circuito o nos mantenemos atentos a la pantalla de la televisión, ajenos a la hora en que comience la retransmisión y lo que digan los locutores, para tragarnos al final un tedio como el último GP de Valencia, donde la ausencia de lluvias caprichosas, safetys car e incidentes en que se viese involucrado Hamilton, dejó sin interés las casi dos horas que duró la carrera: ¿para cuando se atreverán con la aerodinámica, el becerro sagrado del lobbie inglés, y devolverán al piloto el papel protagonista?.
Un punto de vista diferente, sobre la misma cuestión, lo aporta jaume101.














