jueves, 29 de septiembre de 2011


La guerra de las naranjas

El título de este post parece hacer relación a una trifulca comercial entre España y Marruecos por el precio de los cítricos, pero no, nos lleva por el laberinto de la historia a la frontera portuguesa.
Hoy Portugal y España comparten como frontera en tierras de Extremadura el río Guadiana; pero no siempre fue así: hubo un tiempo en que el reino de Portugal atravesaba las aguas del Guadiana a través del Puente de Ajuda y se introducía en Olivenza, plaza que tuvo que fortalecer en numerosas ocasiones para prevenir los ataques de los reyes hispanos. Así duró durante varios siglos, hasta que iniciado el XIX, ante la presión hispano-francesa en lo que se llamó la Guerra de las Naranjas, y sin necesidad de disparar un solo proyectil, las tropas portuguesas se retiraron y se se firmó el Tratado de Badajoz que dispuso que "Su Magestad Católica conservará en calidad de conquista, para unirlo perpetuamente a sus dominios y vasallos, la plaza de Olivenza, su territorio y pueblos desde el Guadiana; de suerte que este río sea el límite de sus respectivos Reinos". Desde entonces los portugueses han visto a Olivenza con unos ojos parecidos a como nosotros miramos al Peñón de Gibraltar.
A primeros de septiembre cruzamos el Guadiana con intención de participar en la Copa Ibérica Rotax, una de las opciones para ganar una plaza para el único mundial de karting al que sólo se accede por resultados deportivos y no económicos.
Nuestro ejército, Arakart, estaba comandado por Pedro y Óscar, y la tropa la formábamos Álvaro Hervás y Jon; pero también había otras tropas españolas provenientes de Andalucía, Álvaro Otero y Alexis Araujo, de Madrid, Ignacio de Palacio, Daniel Salvador y Ricardo García, Carlos Jara de Castilla-La Mancha y Marc González de Aragón.
Con la complicación de un tiempo cambiante en que por las mañanas llovía y a lo largo del día se iba secando la pista, fueron pasando las jornadas previas a la gran batalla, ajustando chasis y motores a un circuito con un trazado muy técnico y complicado.
El día del combate amaneció soleado y, pese a las amenazas de lluvia, toda la jornada transcurrió en seco.
Jon se colocó en la cuarta posición en la manga clasificatoria y quinto en la prefinal, lo que le habría opciones para luchar por el podio, del que le separaban apenas dos décimas que podía gestionar en carrera.
Cuando comenzó la batalla final, superada la complicación de las tres primeras curvas enlazadas, Jon mantuvo su posición, hasta que se puso detrás el piloto portugués 268, que no se lo pensó mucho: al entrar en una curva le empujó el paragolpes trasero echándole sobre las protecciones de neumáticos, con lo que perdió toda opción de luchar por su puesto.
Cuando abandonamos el circuito de Viana, dejamos detrás, como en el campo de batalla, los cadáveres de multitud de ejes doblados que asomaban de las bolsas de basura de los equipos, porque no sólo fue Jon, sino prácticamente todos los españoles quienes sufrimos daños por acciones más o menos inaceptables.
Unas semanas después, veo por la tele como Hamilton embiste otra vez a Massa y le arruina la carrera; después, mientras el inglés atendía a los medios de comunicación, se le acercó por detrás el brasileño y le recriminó su actitud.

Ese tipo de maniobras no hacen de Hamilton mejor piloto,  ni posiblemente le acerquen a revalidar su título mundial, sino que le convierten en aspirante a ser el piloto más sancionado, disputándole ese deshonor a un piloto polémico como Schumacher.
Massa, y un montón de gente, habían hecho un gran trabajo para poner el coche en pista que, además, en ese momento era más rápido que Fernando; pero tanto esfuerzo se lo llevó por delante un descerebrado, ciego de vanidad, ansía de gloria y autobombo.
No, no puedo aplaudir ese tipo de maniobras y una vez más creo, como mucha gente que está en "su" carrera, que deberían pararle los pies con una sanción ejemplar.
Aunque si al general español, Manuel Godoy, que comandaba las tropas en la Guerra de las Naranjas se le conocía como "Príncipe de la Paz", y si a Obama que mantuvo la guerra de Afganistán y la cárcel de Guantánamo se le concedió el Premio Nobel de la Paz, ¿qué impide reconocer a Hamilton el título de Mejor Piloto?.

9 comentarios:

  1. Hamilton es muy buen piloto y si rectificara esa actitud de me pongo donde y cuando quiero sería mejor, debe recapacitar o deben hacérselo ver, saludos

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  2. Estimado José Luis.
    Mi incultura era (y es) tan grande que no sabía lo de Olivenza hasta que en una publicación militar yankee leí que allí tendría lugar la siguiente guerra europea. La verdad es que el texto nos ponía muy cerca de ser bosnios, y no creo que ni los portugueses ni nosotros perdamos la cabeza fácilmente, y menos ahora que nos van a intervenir desde la Unión Europea, quedándonos sin gobierno propio.
    Sobre los accidentes de carrera son todos lamentables pero la pregunta es si el número 268 tenía intención de eliminar a Jon. Si es así creo que deberían de quitarle la licencia, si no yo lo dejaría correr, pero ya sabes que, aparte de inculto, suelo ser parcial.
    Saludos y suerte para la próxima carrera (a todo el equipo)

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  3. @silvo: cuando hablamos de "buen piloto", tendríamos que ponernos de acuerdo en la definición: ¿buen volantista?, ¿rápido?, ¿gran adelantador?... o también ¿buen deportista?, ¿motivador del equipo?... Hamilton sabe conducir un F1 mucho mejor que mucha gente, incluso puede que sea en ocasiones el que lo hace mejor, por lo que para mí no es un piloto, sino simplemente un buen conductor de F1: puede que un futbolista meta más goles que otro, pero si lo hace con la mano aprovechando que el árbitro no le ve, no puedo consideralo un buen futbolista, sino eso, simplemente el que más goles mete.

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  4. @Primo de Anónimo: no creo que Olivenza o Gibraltar vayan a reeditar antiguas alinzas anglo-portuguesas frente a las franco-españolas, porque ni Zapatero es Godoy, ni Zarcozy Napoleón, por mucha Josefina que tenga al lado.
    el 268 no creo que tuviera intención de eliminar a Jon, sino que no veía en él a un competidor, solo un estorbo al que, en lugar de intentar adelantar, se quitó de en medio por la vía rápida: empujón y fuera, ¡pista libre!.
    Con esa maniobra él ganó una posición, pero Jon perdió no sólo la opción por la lucha, sino un enorme esfuerzo personal, económico y emocional suyo y de las muchas personas que hay a su alrededor.
    El otro día, en última carrera de Zuera, formaro en grupo de cabeza Jon, Álvaro Otero y Alexis Aráujo: se mantuvieron toda la carrera cambiándose posiciones en las curvas, ¡sin un sólo toque entre ellos!. En esa situación es fácil simular que te pasas de frenada y, como el 268, ¡fuera!, o hacer un interior y apoyarse en el pontón lateral del otro para hacerle sacar una rueda de la pista: esas maniobras no son de un buen piloto, son de un tipo egoista desesperado por ganar una posición. Para mí, eso representa Hamilton en ocasiones, la voracidad del ganador que le da igual cómo obtener el resultado: lo que en algunos medios de la F1 se ensalza como "un depredador", cuando realmente no utiliza estrategias de caza, sino más bien una voraz actitud omnívora (sólo los cerdos, el hombre y el oso lo son).

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  5. Conozco el circuito de Viana pero no he visto muchos circuitos de karting en mi vida. ¿Qué te parece? Porque a mí me parece, desde mi ignorancia, impresionante. Respecto a los vecinos y su forma de conducir prefiero no hablar. Y respecto a Hamilton qué decir, metió la pata hasta el fondo pero el drive-through me parece fuera de lugar. Y compararlo con Schumacher también ya que el alemán ha echado de la pista a gente a propósito para ganar títulos y Hamilton no, aunque a veces se le apaga el cerebro(igual que a los portugueses).

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  6. Hola Jose Luis:
    Una verdadera lastima lo de Jon,pero de estas cosas se aprende.Por curiosidad,quien vencio?
    La proxima vez vamos todos y tomamos Viana,je,je

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  7. @J.Arce: Viana me impresionó por las instalaciones cuidadas y el trazado revuelto sobre sí mismo. La curva primera es impresionante, porque es un ángulo a derechas cerrado que enlaza con una pequeña curva a izquierdas y después otro ángulo a derechas que se toma con las cuatro ruedas por fuera de la pista. Gano Bruno Borlido, y el 268 se quedó segundo, lo que supuso una gran remontada a base de codazos y patadas. En automovilismo no sólo se sanciona la intencionalidad, sino también el provocar un accidente (sea con intención, torpeza o exceso de ímpetu) y supongo que será por la situación de riesgo creada y el perjuicio ocasionado: Hamilton se merece más sanciones siempre que perjudique la carrera de otro piloto: que se da contra el muro, que se mete en la puzolana, que se equivoca de botón... eso ya es otra historia.
    @jaume101: la lección que aprendió Jon es a tardar una décima de segundo en recuperarse de la frustración y volver a la pista, con el eje y la varilla doblados, para llegara terminar la carrera protagonizando aún varios adelantamientos: entró el 17 de 23. Me gusta lo poco que se regodea en el victimismo y como enseguida se pone a mirar la siguiente carrera con más ganas. Jajaja, hecho: ¡el año que viene reeditamos el Tratado de Badajoz y nos quedamos con Viana!.

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  8. Esto es como las tarjetas en el futbol: a veces no tocas el balón con la mano adrede, y te sueltan una. Las reglas son las reglas, y nadie le devolverá la carrera al piloto que la ha visto arruinada por alguien que no supo esperar para adelantar. Agresividad, sí, hay que hacer todo por ganar, pero sin arruinar la carrera de nadie. Luego, a los malos resultados del brasileño, aunque la mayoría sean por su bajo rendimiento, se les añade lo que pudo ser y no fue; como dices, tenia buen ritmo. Su calentón ante la prensa fue.. quiza no elegante pero si muy comprensible.
    Y es una pena porque al ingles le sobra el talento por todos lados. Ese hombre centrado ganaría muchos, muchos títulos. Como dices no basta solo con correr mejor que nadie. Hay más cosas que te hacen piloto, pero que por desgracia quedan ocultas tras una buena carrera.
    Gran post, con ese simil de batalla :-) Me encantan tus posts, porque vives de cerca el deporte gracias al campeon que tienes en casa, y por eso entiendes algunas cosas mejor que nadie.

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  9. @Noe_Izumi: es comprensible que Felipe sltara con Hamilton: quizás no fue un acto políticamente correcto increparle en público, pero incomparable con que te arruinara la carrera, el mismo piloto y otra vez.
    Simoncelli en motos y Hamilton en coches: malos ejemplos, malos compañeros, malos resultados... ¡imposible creer que son buenos pilotos con el único dato que en ocasiones obtengan un buen resultado con una de la mejores máquinas del mundo! (me refiero a McLaren).
    Gracias por el apoyo a Jon.
    Un saludo,

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