Entrenamiento en un día de nieve

Llevamos dos días bloqueados por la nieve y el hielo. Tenemos provisiones para resistir y la estufa nos brinda el calor familiar de otros tiempos, aunque estamos un poco al límite de agotar la leña.
En McLaren o Ferrari no es necesario dejar de entrenar porque llueva, nieve o se limite el tiempo de rodar, tienen simuladores, donde se obtienen datos de telemetría sobre los que luego trabajar en el circuito. Pero en el deporte de base tenemos utilizar la imaginación y la buena voluntad. Un ejemplo para estos días de nieve: Jon, cuando está en carrera, mira hacia atrás demasiadas veces. La causa puede ser por simple seguridad ya que en los karts es habitual el golpe del de detrás (de hecho en las Series XXI se vio implicado en dos aparatosos accidentes siendo golpeado desde atrás por pilotos que habían perdido el control) o porque es una forma de manejar la ansiedad. Sea cual sea la razón, lo cierto es que puede hacerle perder concentración y ser adelantado.
Y aquí es cuando se ve la importancia y la utilidad de la actuación psicológica en el entrenamiento de un piloto de karts, poniendo al servicio de la competición los recursos, habilidades y conocimientos teóricos y prácticos de la conducta humana que son su campo de estudio y acción.
Estamos desarrollado (bueno, lo hace Diana, que lleva tiempo especializándose en la psicología deportiva en deportes de motor) un programa para la reducción de una conducta objetivo, que en este caso es la descrita como “mirar hacia atrás”.
Lo que se pretende no es la eliminación de la conducta si no la reducción de la frecuencia en situaciones determinadas, mediante el control de los estímulos desencadenantes.
Se realiza un estudio de los desencadenantes de la conducta objetivo en situación de competición y diversas situaciones de entrenamiento. Jon realiza la conducta en todas las situaciones pero la conducta objetivo aparece con mayor frecuencia en situación de competición y cuando se dan unas circunstancias determinadas. También se observa que el gesto puede llegar a ser más exagerado y compulsivo tanto en cuanto exista más presión por parte de los rivales.
El análisis funcional de la conducta objetivo y la entrevista mantenida con el piloto manifiestan que cuando Jon percibe mucha presión de sus rivales desde atrás, aumenta la ansiedad a niveles que le resulta difícil manejar. Para rebajar este nivel de ansiedad y para aumentar su percepción de control realiza la conducta objetivo. El problema surge cuando los resultados obtenidos son los contrarios a los esperados.
A partir de ahí se plantea el programa de intervención que incluye, entre otras herramientas, el trabajo de visualización de la situación descrita en competición: es lo que llamamos “entrenamiento en imaginación” y, ¡voilá!, ya es posible trabajar, llueva o nieve, y sin necesidad de simulador, sirviéndonos del programa interno grabado en el cerebro del piloto. Claro que para llegar aquí hay que haber hecho un trabajo previo que incluye la memorización del circuito, por ejemplo.
Bueno, no seguimos desvelando “secretos de equipo”, que, si no, los oponentes se aprovecharán (es broma, que ya sabéis que estamos encantados de compartir conocimientos y ojalá algún día tengamos un espacio común donde desarrollarlos).
A ver si mañana mejora algo y salimos a buscar leña, que hace un frío que pela y lo hacemos “en equipo”.