Ya he vuelto de reencontrarme con mi madre, y con los recuerdos que ella atesora de un yo mismo cuando apenas despertaba de los sueños infantiles y pasaba todas aquéllas aburridas clases de matemáticas dibujando motos: motos de frente, motos de lado, motos por detrás… imágenes de aquéllas viejas Derbis con cúpula a las que Nieto hacía volar como un ángel y de esa Lobito a la que tanta veces modifiqué el motor en un pequeño taller de Fuencarral, hasta calzarle uno de Metralla, que vibraba de tal forma que alguna vez vi como se desenroscaba un tornillo a partir de los 120 km/h.
Y camino de vuelta a casa, del olivar andaluz al bajoaragonés, caí en que detrás de cada joven piloto suele haber un padre con su propia competitividad frustrada: quizás el equilibrio esté en saber “seguir” la evolución de tu hijo/a, sin presionar, sino acompañando su propio potencial.
Esto viene a cuento de una noticia que he leído en Telegraph.co.uk, como una pequeña rendija por la que se muestra una mínima parte de la humanidad que Hamilton debe tener bajo tantas capas de cebolla (la de la codicia, la de la vanidad, la de la ambición…); bueno, parece que ha vuelto a hablar con su padre (ese que tod@s conocemos tanto), después de varios grandes premios a los que parece que hasta le había negado el acceso: "Me envió un mensaje para hacerme saber que me está apoyando y si necesito algo que está ahí, que es todo lo que he querido de mi papá”.
No sabemos (ni nos importa) qué es lo que pasó entre ellos para que se fueran a pique 20 años de estar juntos en esto del automovilismo, en que pasaron del deporte infantil al estrellato juvenil, pero merece una reflexión esta relación tan habitual.
¿Cuántos padres de pilotos conocemos?: el de Fernando, el de Massa, el de Button…, pero, ¿cuántas madres? (como vengo de estar con la mía, debo estar más sensibilizado); ¿es que no hay madres detrás de los pilotos/as?.
Pues sí, es habitual ver en los circuitos a las familias enteras arrimando el hombro, cada cual aportando aquello de lo que sabe: Fina, María José, Carmen Pilar… y, por supuesto, Diana, la madre del Pulguita, que se ha pasado este fin de semana aprendiendo y comprendiendo como funciona el carburador del Rotax, cambiando chiclés o modificando la aguja para llevar el motor al máximo de su potencial.
Si a los padres nos mueve posiblemente un sueño no alcanzado, y seguimos persiguiendo nuestra propia ilusión frustrada, ¿qué es lo que hace que una madre abandone la comodidad de un fin de semana para seguir a su hijo/a por las pistas de competición?. Quizás si Hamilton hubiera podido contar también con su madre, entonces hubiera tenido alguna herramienta más para poder manejar mejor la influenciabilidad de los adultos que había a su alrededor, todos posiblemente hombres (estoy pensando en Ron Dennis, por ejemplo).
Yo no recuerdo la imagen en televisión de ninguna madre de ningún piloto de F1, ni tan siquiera sé como se llaman: ¿conocéis vosotras/os alguna?, ¿sabéis alguna historia de alguna de ellas?.
Por ejemplo, “Quiero desear un feliz Día de la Madre a mi mama, Mary Lou”, dijo Hamlin, piloto de la Nascar, al terminar primero la Sprint Cup en el circuito de Darlington (fuente Zeptem).
Qué lindo post.. madre solo hay una.. y es verdad, en el paddock de f1 no se ven casi las madres de los pilotos, sino sus padres.. pero la madre de massa si ha estado varias veces en el paddock, la recuerdo porque siempre que va comienza a rezar el rosario durante toda la carrera, la han enfocado por tv.. es que no creas para una madre siempre le debe dar miedo ver a su hijo en las carreras, y todavia asi mira lo que le paso a massa...
ResponderEliminary lo de hamilton me parece caprichos de niño malcriado, tal vez su papa es necio pero es su padre y siempre querrá lo mejor para él.-- saludos!!
Me recuerda al toreo. Las madres no aparecen por las plazas de toros.
ResponderEliminarBonita entrada te ha quedado que, efectivamnete, es para reflexionar. Yo de joven, tenía el sueño de poder pilotar; hacerlo en alguna de aquellas fórmulas de promoción de Ranault. Mi padre me apoyaba, mi madre ni de coña. Al final la falta de dinero lo impidio, al menos eso me dijeron.
ResponderEliminarUn saludo y bienvenido de nuevo JON.
Estimado Jon,
ResponderEliminarIncreíblemente buena tu entrada. Sobre todo al plantear el problema de la falta de una visión distinta de las cosas por parte de los niños que están en un ambiente monoparental. Que nadie interprete de estas líneas que estoy en contra, pero para el crecimiento interior siempre necesitas las visiones contradictorias. Estas opiniones distintas te ayudan a madurar y a aprender a razonar. El monodiscurso, tan en boga hoy día, solo produce borregos. Luego me uno a ti en aplaudir a las madres, abuelas o cualquier otra persona que enseñe a nuestros hijos que hay otras perspectivas en la vida distintas a las del padre.
(PD: yo soy también padre)
@ silf1: es cierto, me parece recordar haber visto a la madre de Massa; o sea, que es un piloto al que le acompaña la familia entera... ya decía yo que este chico me cae bien (compartimos la "poca simpatía" por el niño mimado de Ron Dennis).
ResponderEliminar@ interdomin: el toreo también es otro ambiente predominanteente masculino donde las mujeres toreras que lo han intentado se han quejado amargamente;
@ fitti4652: en el ambiente que nos movemos también se reproduce a menudo ese modelo: padre que apoya y madre que lo intenta evitar, que es el que también había en mi casa (ahora mi madre dice que de haberlo sabido, habría hecho otra cosa); creo que es importante que las mujeres se unan a este tipo de actividades (Diana se desespera porque enseguida aparece un hombre a quitarle las herramientas) y tod@s comprendamos que nos da miedo pensar que la carne de nuestra carne se haga daño, pero es su camino;
@Primo de Anónimo: a veces hay que leer dos veces tus comentarios para sacarles su provecho: ¡genial!: no hablas de familia monoparental, sino de "ambiente", y ese es un matiz importante porque cada vez hay más hijas e hijos que crecen "tuertos" porque sólo reciben un punto de vista o ·bizcos" porque si reciben dos puntos de vista distintos no son complementarios sino contradictorios.
@ Tod@s: os agradezco vuestros comentarios y ya ves, Diana, eres excepcional.
muchas gracias PP. Las madres no estamos acostumbradas a un reconocimiento directo y explícito en este mundo masculino. Parece que tenemos "vetado" el acceso salvo para sufrir, ocuparnos de intendencias y poner límites. Pero yo he elegido y prefiero abrir carburadores, sufrir cuando Jon pierde una posición... o cabrearme porque la ha perdido por mal hacer...llorar de alegría cuando ganamos, y digo ganamos porque en cada triunfo están mis manos, mi sudor, mi dolor de espalda, mi cara y manos llenas de grasa, mi inquietud por ascender y llegar a mas, por rendir óptimamente. Me siento orgullosa de Jon, de ver cómo se desarrolla, como esta actividad le ayuda a ser mejor. Esto nos une muy profundamente y em gustaría que dijera que soy una parte fundamental de su desarrollo como piloto. Esto es apasionante.
ResponderEliminarBesos a todos nuestros seguidores!!
@Diana: bueno, nosotros lo vivimos y es apasionante; ya ves, poco a poco se va llenando el paddock se mujeres activas.
ResponderEliminarTodas las personas que llevan los infantiles sean en el deporte que sea se quejan de la malísima influencia de la gran mayoría de lis padres. El de Hamilton es un hooligang al que su hijo le salió piloto en vez de futbolista. Y el deporte es en su mayoría(salvo la gimnasia) muy machista.
ResponderEliminarMadre la de Arancha Sánchez Vicario, lo demás padrs, pero la madre es parte muy importante esté o no en el candelero, Hamilton necesita ser diferente, le conviene, saludos
ResponderEliminar@J.Arce: es cierto, es una mala generalización; por ejemplo, en la fórmula de promoción de Aragón, se excluía a los padres de la carpa. En el punto contrario, PDLR en su libro agradece a sus padres el apoyo que le dieron y los considera un pilar importante.
ResponderEliminarNuestra experiencia es que hay padres y madres conflictivos como hay entrenadores pederastas y si esto último no supone un argumento para descalificar a todo el colectivo, lo primero tampoco. En el caso del padre de Hamilton, me gustaría saber de verdad el papel que tuvo en Hungría, por ejemplo,
@Silvo: la madre y el padre resultan un complemento: ¿por qué no tener su presencia en el paddock, sobre todo cuando hay pilot@s super jovénes?.
Hemos compartido el escenario de algún campeonato con Carlos Sáinz, y siempre ha estado el padre, muy nervioso y activo, pero a la madre nunca la hemos visto.
Curioso la ausencia de las madres, supongo que para ellas es muy difícil ver a sus hijos jugándose la vida a más de 300Km/h. Lo deben de pasar muy mal. Saludos!
ResponderEliminar@Sonia: sí, es difícil ver a tu hijo/a conduciendo al borde del límite; no quieres que le pase nada, que se haga daño, pero asumes el riesgo como una más de las consecuencias posibles en una sociedad tecnológicamente desarrollada. Pero ese razonamiento no es una cuestión de género, sino que cada cual tiene su límite: conozco a tantos padres como madres que lo pasan fatal en las carreras. Ahora, siguiendo el razonamiento de Primo de Anónimo, la ausencia de madres supone aceptar otro riesgo, y es la manejabilidad de los niños (suelen serlo más que las niñas) por un mundo predominantemente masculino que lo que pretende es alcanzar sus propios logros, que no son, ni mucho menos, los mejores para el niño/piloto.
ResponderEliminarAsí que, ¡madres del mundo, a las carreras! :-)