Me llega de blog amigo miramamasinkers (gracias Noe por compartirlo) un artículo de El Condidencial que merece la pena comentar y ¡va por ti, Diana!, siempre preocupada por lo que ocurre en la mente de los pilotos.
Con el título de “Lecciones que un piloto de Fórmula 1 nos puede dar a todos”, dice que el verdadero y único poder reside en la mente. Ni político ni económico. La mente es la que mueve el mundo”. Eduardo Punset, resumía recientemente en El Confidencial las conclusiones de su último libro, “El viaje al poder de la mente”. Si ello es cierto a todos los niveles, el deporte en general, y la Fórmula 1 y el karting en particular, no son excepciones.
“Estaba enfadado consigo mismo por no haber conseguido aquello de lo que era capaz.”. Edo Bendinelli, preparador físico de Alonso, recordaba el fallo del español en el Q3 de Bahrein, para a continuación desvelar un rasgo clave de su personalidad y, a nuestro juicio, de sus éxitos. “Diez minutos después ya era otra persona. Tiene esta capacidad increíble para distanciarse de los problemas que no he visto en nadie más. Cuando habla de sí mismo, parece que se refiere a otra persona. Antes de coger el coche, cambia completamente de expresión, pero está totalmente tranquilo, como si la cosa no fuese con él. Eficacia y frialdad al mismo tiempo”.
Olvidar para ganar
En todo deportista de élite tan vital resulta el talento como la gestión de su mente y emociones. En la Fórmula 1 un piloto lucha con una sofisticada máquina, siempre susceptible de mejora técnica y, por tanto, constante fuente de insatisfacción y de inseguridad. Enfrenta su propia capacidad a la referencias que ofrecen los rivales, medidas en milésimas de segundo. Y, por supuesto, con dosis de riesgo ajenas a una estrella del fútbol o del tenis, por ejemplo.
Quienes mejor perfilen su mente serán capaces de responder a la presión de la Fórmula 1, lo que se puede y deben entrenar, como el resto de habilidades, desde el karting como primera fase en el aprendizaje de este deporte.
Si según el propio Punset, “olvidar es una necesidad evolutiva”, esta afirmación es del todo válida para un deporte tan intenso y exigente como la Fórmula 1. En este entorno, sólo superando instantáneamente los fracasos y contratiempos, pero también el fulgor y la excitación de la victoria, puede uno enfrentarse al siguiente reto con frescura, intelectualmente alerta, sin los miedos ni las restricciones mentales del pasado. Decirlo es fácil, lograrlo, no tanto, por eso conviene entrenar esta importante habilidad, y el karting es el lugar ideal para hacerlo, porque las exigencias e insatisfacciones son muy parecidas: tenemos un ejemplo reciente en Jon, que pinchó en la primera manga, cuando luchaba por un puesto de podio que ambicionaba; ya no tenía ninguna posibilidad para subir finalmente al cajón, por lo que en la segunda manga necesitaba un plus de motivación, un rápido superar la evidente frustración que sentía y hubo tres personas significativas: primero Rubén, que fue quien le recibió en el parque cerrado y supo recoger esa frustración y darle esperanzas para la siguiente manga; después la madre de Miguel, que le acompañó por el paddock hasta la carpa y finalmente Diana, poniendo en práctica técnicas que ya había ensallado con Jon para una rápida recuperación de la concentración (lo mismo pudo ocurrir en carrera con una salida de pista y ahí no hay quien te ayude, tú solo debes recuperar la concentración y motivación en milésimas). Finalmente Jon salió a la segunda manga en último lugar y llegó el tercero.
Algunos deportistas nacen con cierta propensión natural de carácter. Kimi Raikkonen, por ejemplo. De ahí su apodo, “Iceman”. Pero la experiencia también contribuye a forjar ese rasgo “evolutivo”. Alonso y quienes compiten desde la infancia en las carreras se han enfrentado a una larga sucesión de fracasos y frustraciones que han obligado a madurar desde muy temprana edad. Quienes hayan superado la criba y mejor perfilen su mente serán capaces de responder a la presión de la Fórmula 1.
El secreto de Felipe Massa
El ejemplo más reciente de fortaleza mental lo ha dado Felipe Massa, tras su accidente en Hungría el pasado año. La actuación de Massa en Bahrein adquiere todo su valor ante testimonio de Stephen Olvey, el neurocirujano que tuteló su recuperación: “En toda mi experiencia es probablemente el proceso de recuperación más sorprendente, si no el más rápido, de una lesión con peligro de muerte que he visto nunca”.
En este sentido, cabe recordar de nuevo las palabras de Punset cuando Olvey ofrecía la clave en el milagro del brasileño: “su competividad, su nivel físico y sus niveles de energía en general, el hecho de querer volver a ser competitivo de nuevo”. ¿Y cómo lo consiguió Massa?. Aplicándose esa “capacidad evolutiva de olvidar”, tanto a nivel consciente como inconsciente: “Felipe no reside en el pasado, simplemente miró siempre hacia el futuro, se recuperó tan rápidamente por su motivación y su deseo, y porque nunca mira hacia atrás”.
Ganar sin piernas
El mismo Olvey atendió también en el pasado al italiano Alexandro Zanardi, ex piloto de Fórmula 1 que en 2001 perdió ambas piernas en un horrible accidente del campeonato americano Champcar. Mario Andretti, campeón del mundo de 1978 y amigo personal, contaba admirado su llamada al hospital, pocos días después de la operación de amputación: “Le llamé para animarle, pero fue él quien me animó a mí…” Como Massa, según Olvey, “Zanardi también es un optimista que mira hacia delante”. En los últimos años, el italiano ha competido y ganado en el Campeonato del Mundo de Turismos con dos prótesis como piernas. El pasado domingo ganó la maratón de Londres en silla de ruedas, y quiere una medalla en los próximos Juegos Paralímpicos.
Y cómo olvidar a Niki Lauda (a quien habitualmente veíamos en Ibiza con su inseparable gorra roja cubriendo las lesiones más visibles), capaz de volver a los circuitos seis semanas después de su accidente en Nurburgring, en 1976, tras haber recibido la extrema unción a manos de un sacerdote. En Monza, tan solo dos carreras después de su accidente, aún sufría con los dolores de las quemaduras bajo el casco y el mono ignífugo que rodeaba su cara.
“Con tu fuerza mental, tu determinación, tus instintos, y con la experiencia también… puedes volar muy alto”, decía uno de los más extraordinarios pilotos en toda la historia de la Fórmula 1 este aspecto. Hace dos días se celebró el quincuagésimo aniversario de su nacimiento. Ayrton Senna y otros muchos pilotos de Fórmula 1 pueden enseñarnos a todos cómo ser un poco mejores cada día.
Gracias por el artículo; en mi trabajo decíamos que hay que vivir como se conduce: con un enorme parabrisas para ver lo que tenemos por delante y un pequeño espejo retrovisor para mirar de vez en cuando y de reojo hacia atrás.
Os deseo a todos que hoy, el primer día del resto de la vida, sea el inicio de una etapa llena de felicidad y éxitos.
Con el título de “Lecciones que un piloto de Fórmula 1 nos puede dar a todos”, dice que el verdadero y único poder reside en la mente. Ni político ni económico. La mente es la que mueve el mundo”. Eduardo Punset, resumía recientemente en El Confidencial las conclusiones de su último libro, “El viaje al poder de la mente”. Si ello es cierto a todos los niveles, el deporte en general, y la Fórmula 1 y el karting en particular, no son excepciones.
“Estaba enfadado consigo mismo por no haber conseguido aquello de lo que era capaz.”. Edo Bendinelli, preparador físico de Alonso, recordaba el fallo del español en el Q3 de Bahrein, para a continuación desvelar un rasgo clave de su personalidad y, a nuestro juicio, de sus éxitos. “Diez minutos después ya era otra persona. Tiene esta capacidad increíble para distanciarse de los problemas que no he visto en nadie más. Cuando habla de sí mismo, parece que se refiere a otra persona. Antes de coger el coche, cambia completamente de expresión, pero está totalmente tranquilo, como si la cosa no fuese con él. Eficacia y frialdad al mismo tiempo”.
Olvidar para ganar
En todo deportista de élite tan vital resulta el talento como la gestión de su mente y emociones. En la Fórmula 1 un piloto lucha con una sofisticada máquina, siempre susceptible de mejora técnica y, por tanto, constante fuente de insatisfacción y de inseguridad. Enfrenta su propia capacidad a la referencias que ofrecen los rivales, medidas en milésimas de segundo. Y, por supuesto, con dosis de riesgo ajenas a una estrella del fútbol o del tenis, por ejemplo.
Quienes mejor perfilen su mente serán capaces de responder a la presión de la Fórmula 1, lo que se puede y deben entrenar, como el resto de habilidades, desde el karting como primera fase en el aprendizaje de este deporte.
Si según el propio Punset, “olvidar es una necesidad evolutiva”, esta afirmación es del todo válida para un deporte tan intenso y exigente como la Fórmula 1. En este entorno, sólo superando instantáneamente los fracasos y contratiempos, pero también el fulgor y la excitación de la victoria, puede uno enfrentarse al siguiente reto con frescura, intelectualmente alerta, sin los miedos ni las restricciones mentales del pasado. Decirlo es fácil, lograrlo, no tanto, por eso conviene entrenar esta importante habilidad, y el karting es el lugar ideal para hacerlo, porque las exigencias e insatisfacciones son muy parecidas: tenemos un ejemplo reciente en Jon, que pinchó en la primera manga, cuando luchaba por un puesto de podio que ambicionaba; ya no tenía ninguna posibilidad para subir finalmente al cajón, por lo que en la segunda manga necesitaba un plus de motivación, un rápido superar la evidente frustración que sentía y hubo tres personas significativas: primero Rubén, que fue quien le recibió en el parque cerrado y supo recoger esa frustración y darle esperanzas para la siguiente manga; después la madre de Miguel, que le acompañó por el paddock hasta la carpa y finalmente Diana, poniendo en práctica técnicas que ya había ensallado con Jon para una rápida recuperación de la concentración (lo mismo pudo ocurrir en carrera con una salida de pista y ahí no hay quien te ayude, tú solo debes recuperar la concentración y motivación en milésimas). Finalmente Jon salió a la segunda manga en último lugar y llegó el tercero.
Algunos deportistas nacen con cierta propensión natural de carácter. Kimi Raikkonen, por ejemplo. De ahí su apodo, “Iceman”. Pero la experiencia también contribuye a forjar ese rasgo “evolutivo”. Alonso y quienes compiten desde la infancia en las carreras se han enfrentado a una larga sucesión de fracasos y frustraciones que han obligado a madurar desde muy temprana edad. Quienes hayan superado la criba y mejor perfilen su mente serán capaces de responder a la presión de la Fórmula 1.
El secreto de Felipe Massa
El ejemplo más reciente de fortaleza mental lo ha dado Felipe Massa, tras su accidente en Hungría el pasado año. La actuación de Massa en Bahrein adquiere todo su valor ante testimonio de Stephen Olvey, el neurocirujano que tuteló su recuperación: “En toda mi experiencia es probablemente el proceso de recuperación más sorprendente, si no el más rápido, de una lesión con peligro de muerte que he visto nunca”.
En este sentido, cabe recordar de nuevo las palabras de Punset cuando Olvey ofrecía la clave en el milagro del brasileño: “su competividad, su nivel físico y sus niveles de energía en general, el hecho de querer volver a ser competitivo de nuevo”. ¿Y cómo lo consiguió Massa?. Aplicándose esa “capacidad evolutiva de olvidar”, tanto a nivel consciente como inconsciente: “Felipe no reside en el pasado, simplemente miró siempre hacia el futuro, se recuperó tan rápidamente por su motivación y su deseo, y porque nunca mira hacia atrás”.
Ganar sin piernas
El mismo Olvey atendió también en el pasado al italiano Alexandro Zanardi, ex piloto de Fórmula 1 que en 2001 perdió ambas piernas en un horrible accidente del campeonato americano Champcar. Mario Andretti, campeón del mundo de 1978 y amigo personal, contaba admirado su llamada al hospital, pocos días después de la operación de amputación: “Le llamé para animarle, pero fue él quien me animó a mí…” Como Massa, según Olvey, “Zanardi también es un optimista que mira hacia delante”. En los últimos años, el italiano ha competido y ganado en el Campeonato del Mundo de Turismos con dos prótesis como piernas. El pasado domingo ganó la maratón de Londres en silla de ruedas, y quiere una medalla en los próximos Juegos Paralímpicos.
Y cómo olvidar a Niki Lauda (a quien habitualmente veíamos en Ibiza con su inseparable gorra roja cubriendo las lesiones más visibles), capaz de volver a los circuitos seis semanas después de su accidente en Nurburgring, en 1976, tras haber recibido la extrema unción a manos de un sacerdote. En Monza, tan solo dos carreras después de su accidente, aún sufría con los dolores de las quemaduras bajo el casco y el mono ignífugo que rodeaba su cara.
“Con tu fuerza mental, tu determinación, tus instintos, y con la experiencia también… puedes volar muy alto”, decía uno de los más extraordinarios pilotos en toda la historia de la Fórmula 1 este aspecto. Hace dos días se celebró el quincuagésimo aniversario de su nacimiento. Ayrton Senna y otros muchos pilotos de Fórmula 1 pueden enseñarnos a todos cómo ser un poco mejores cada día.
Gracias por el artículo; en mi trabajo decíamos que hay que vivir como se conduce: con un enorme parabrisas para ver lo que tenemos por delante y un pequeño espejo retrovisor para mirar de vez en cuando y de reojo hacia atrás.
Os deseo a todos que hoy, el primer día del resto de la vida, sea el inicio de una etapa llena de felicidad y éxitos.
Todo el conjunto hacen que sea gente de éxito, más cualidades innatas físicas,omportante aguantar la presión, saludos
ResponderEliminarA força mental é sem dúvida a chave do sucesso para os vencedores.
ResponderEliminarMas acima de tudo está a força espiritual,a fé em Deus.
abraço
La fuerza mental es mucha. Saludos
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